El género de las aventuras gráficas (o “point & click” como les conocen algunos) era algo completamente desconocido para mi. He hecho algunos intentos en el pasado de jugar títulos como Broken Sword 2 o Phantasmagoria, pero terminan convertidos en sesiones de juego constantemente interrumpidas por viajes a GameFaqs para saber que carajos hacer a continuación
No es un secreto que las aventuras gráficas pueden ser bastante frustrantes.
La lógica de los puzles de inventario a veces sobrepasa cualquier razonamiento que apliquemos mientras que aquellos que sí tienen sentido nos ponen a dudar, ante el primer fracaso, si tenemos todas las herramientas para solucionarlo, si no olvidamos algo... y si nos rendimos y miramos la solución nos sentiremos estúpidos por no haberlo resuelto sin ayuda.
Para ejemplo un botón, un puzle en el juego que nos ocupa hoy me hizo robar una salchicha a un soldado Nazi, busqué un esqueleto para quitarle la caja toráxica, puse la salchicha dentro de ella y la use para atrapar un cangrejo con el que poder alimentar a un pulpo para q me dejara pasar al otro lado de un canal de agua.
Si, esto es lo común en las aventuras gráficas. Pero hablemos específicamente de Indiana Jones and the Fate of Atlantis; juego que adquirí en una de las infames rebajas de Steam por menos de 3.000 pesos y que finalmente decidí jugar por una necesidad repentina de historias sobre civilizaciones perdidas y secretos desenterrados (las misma necesidad que me hace volver siempre a los Tomb Raider, Uncharted y hasta a los Zelda). En ese sentido no me decepcionó en absoluto, pues pude vivir una divertida aventura que me llevó desde Nueva York hasta Algeria y desde Grecia hasta la misma Atlantis, descubriendo secretos arqueológicos y misterios sobrenaturales en una carrera contra los Nazis (además, hoy en día resulta más satisfactorio que nunca arruinar los planes de los Nazis, así sea en una obra ficticia).
Me encantó que, a pesar de no ser el guión de una superproducción hollywoodense, se puso suficiente esfuerzo en crear la mitología de la Atlántida, basándose tanto en los trabajos de Platón como en los más conocidos mitos propagados por la pseudociencia. Cuando finalmente llegamos al mítico continente nos encontramos con una combinación visual de civilizaciones antiguas con elementos realmente alienígenas y bizarros que crean un efecto único, sobre todo en combinación con el bello arte en pixeles.
¡Y vaya arte! Me enamoré desde el primer momento de esos vistosos y coloridos escenarios así como de los diseños de personajes y su animación. Ese es Indiana Jones sin duda alguna, reconocible en su icónico atuendo. Por un tiempo cumplí mi propósito de no mirar guías y resolver todo a punta de astucia como haría el mismo Indy... y entonces me rendí a las pocas horas de juego. Fue a causa de un acertijo en el que gasté demasiado tiempo por no darme cuenta que no tenía un item, uno que nunca hubiera encontrado si no hubiera buscado ayuda ya que se trataba de un chicle pegado bajo una mesa que no se ve a simple vista y se debe posicionar el cursor en un píxel específico para poder localizarlo.
Y esto es algo tristemente común no solo en este sino en el género en sí: cacerías de pixel, combinaciones ilógicas de objetos y hasta lugares secretos que es necesario encontrar para avanzar. Y peor que buscar estas soluciones es tener que buscar ayuda para superar eventos que no son acertijos, como la forma de controlar un globo o un submarino, ya que Indiana Jones and the Fate of Atlantis por alguna razón tiene cortas secciones que alteran por completo el funcionamiento del juego y lo hacen de la forma más burda posible. ¿Por qué carajos debo guiar el globo en sentido contrario a las manecillas del reloj si quiero perder altura? Es tan aleatorio e innecesariamente complicado que llega a desesperar.
Esto me hace pensar mucho en la forma en que jugamos hoy en día. Aun en los videojuegos más difíciles estamos acostumbrados a tener opciones para no atascarnos; sean tutoriales, grindeo, otras rutas o multijugador. Pero he aquí a un juego que literalmente puede detener tu avance si olvidaste dar click en una parte específica de una pantalla o si no seleccionaste la opción correcta en una larga conversación. Somos impacientes y tenemos a Internet con todas las respuestas siempre al alcance de nuestros dedos. ¿Qué hacían los jugadores de los años 80’s y 90’s? Si mi memoria no me falla estábamos muchas veces a merced de las guías de las revistas o de la memoria de una amistad que ya hubiera pasado el juego (y que previamente encontró ayuda en otro lugar).
¿Será que los desarrolladores de verdad pretendían que estuviéramos horas fracasando hasta que por un milagro de la razón o un golpe de suerte encontráramos la solución? En fin, la satisfacción que se siente por resolver los puzles sin ayuda es increíble y somos recompensados con nuevos escenarios y desarrollo de esta buena historia que no está tan lejos de la trilogía original en calidad. Incluso sus defectos (algunos personajes poco trabajados, recurrencia en los clichés del género y clásico machismo velado del protagonista) son los mismos que pueden achacarse a los filmes. ¡Ah! Y no puedo olvidar mencionar el gran trabajo actoral que hacen quienes ponen las voces a los personajes principales. Puede que el protagonista no suene exactamente como Harrison Ford, pero llena al personaje con su mismo carisma. Lastimosamente no puedo decir lo mismo de todos los personajes secundarios, hay soldados Nazi que suenan como si estuvieran hablando en una reunión de la oficina.
No puedo recomendar abiertamente Indiana Jones and the Fate of Atlantis. Si, es un gran juego que todos los fanáticos de Indiana Jones deberían probar así nunca lo terminen... pero es que sus políticas de diseño están tan alejadas de lo que estamos acostumbrados hoy en día que pueden resultar completamente incomprensibles para algunos. Eso sí, si deciden que quieren aventurarse a ello, seré el primero en pasarles el látigo y el sombrero.
La lógica de los puzles de inventario a veces sobrepasa cualquier razonamiento que apliquemos mientras que aquellos que sí tienen sentido nos ponen a dudar, ante el primer fracaso, si tenemos todas las herramientas para solucionarlo, si no olvidamos algo... y si nos rendimos y miramos la solución nos sentiremos estúpidos por no haberlo resuelto sin ayuda.
Para ejemplo un botón, un puzle en el juego que nos ocupa hoy me hizo robar una salchicha a un soldado Nazi, busqué un esqueleto para quitarle la caja toráxica, puse la salchicha dentro de ella y la use para atrapar un cangrejo con el que poder alimentar a un pulpo para q me dejara pasar al otro lado de un canal de agua.
Si, esto es lo común en las aventuras gráficas. Pero hablemos específicamente de Indiana Jones and the Fate of Atlantis; juego que adquirí en una de las infames rebajas de Steam por menos de 3.000 pesos y que finalmente decidí jugar por una necesidad repentina de historias sobre civilizaciones perdidas y secretos desenterrados (las misma necesidad que me hace volver siempre a los Tomb Raider, Uncharted y hasta a los Zelda). En ese sentido no me decepcionó en absoluto, pues pude vivir una divertida aventura que me llevó desde Nueva York hasta Algeria y desde Grecia hasta la misma Atlantis, descubriendo secretos arqueológicos y misterios sobrenaturales en una carrera contra los Nazis (además, hoy en día resulta más satisfactorio que nunca arruinar los planes de los Nazis, así sea en una obra ficticia).
Me encantó que, a pesar de no ser el guión de una superproducción hollywoodense, se puso suficiente esfuerzo en crear la mitología de la Atlántida, basándose tanto en los trabajos de Platón como en los más conocidos mitos propagados por la pseudociencia. Cuando finalmente llegamos al mítico continente nos encontramos con una combinación visual de civilizaciones antiguas con elementos realmente alienígenas y bizarros que crean un efecto único, sobre todo en combinación con el bello arte en pixeles.
¡Y vaya arte! Me enamoré desde el primer momento de esos vistosos y coloridos escenarios así como de los diseños de personajes y su animación. Ese es Indiana Jones sin duda alguna, reconocible en su icónico atuendo. Por un tiempo cumplí mi propósito de no mirar guías y resolver todo a punta de astucia como haría el mismo Indy... y entonces me rendí a las pocas horas de juego. Fue a causa de un acertijo en el que gasté demasiado tiempo por no darme cuenta que no tenía un item, uno que nunca hubiera encontrado si no hubiera buscado ayuda ya que se trataba de un chicle pegado bajo una mesa que no se ve a simple vista y se debe posicionar el cursor en un píxel específico para poder localizarlo.
Y esto es algo tristemente común no solo en este sino en el género en sí: cacerías de pixel, combinaciones ilógicas de objetos y hasta lugares secretos que es necesario encontrar para avanzar. Y peor que buscar estas soluciones es tener que buscar ayuda para superar eventos que no son acertijos, como la forma de controlar un globo o un submarino, ya que Indiana Jones and the Fate of Atlantis por alguna razón tiene cortas secciones que alteran por completo el funcionamiento del juego y lo hacen de la forma más burda posible. ¿Por qué carajos debo guiar el globo en sentido contrario a las manecillas del reloj si quiero perder altura? Es tan aleatorio e innecesariamente complicado que llega a desesperar.
Esto me hace pensar mucho en la forma en que jugamos hoy en día. Aun en los videojuegos más difíciles estamos acostumbrados a tener opciones para no atascarnos; sean tutoriales, grindeo, otras rutas o multijugador. Pero he aquí a un juego que literalmente puede detener tu avance si olvidaste dar click en una parte específica de una pantalla o si no seleccionaste la opción correcta en una larga conversación. Somos impacientes y tenemos a Internet con todas las respuestas siempre al alcance de nuestros dedos. ¿Qué hacían los jugadores de los años 80’s y 90’s? Si mi memoria no me falla estábamos muchas veces a merced de las guías de las revistas o de la memoria de una amistad que ya hubiera pasado el juego (y que previamente encontró ayuda en otro lugar).
¿Será que los desarrolladores de verdad pretendían que estuviéramos horas fracasando hasta que por un milagro de la razón o un golpe de suerte encontráramos la solución? En fin, la satisfacción que se siente por resolver los puzles sin ayuda es increíble y somos recompensados con nuevos escenarios y desarrollo de esta buena historia que no está tan lejos de la trilogía original en calidad. Incluso sus defectos (algunos personajes poco trabajados, recurrencia en los clichés del género y clásico machismo velado del protagonista) son los mismos que pueden achacarse a los filmes. ¡Ah! Y no puedo olvidar mencionar el gran trabajo actoral que hacen quienes ponen las voces a los personajes principales. Puede que el protagonista no suene exactamente como Harrison Ford, pero llena al personaje con su mismo carisma. Lastimosamente no puedo decir lo mismo de todos los personajes secundarios, hay soldados Nazi que suenan como si estuvieran hablando en una reunión de la oficina.
No puedo recomendar abiertamente Indiana Jones and the Fate of Atlantis. Si, es un gran juego que todos los fanáticos de Indiana Jones deberían probar así nunca lo terminen... pero es que sus políticas de diseño están tan alejadas de lo que estamos acostumbrados hoy en día que pueden resultar completamente incomprensibles para algunos. Eso sí, si deciden que quieren aventurarse a ello, seré el primero en pasarles el látigo y el sombrero.
Other reviews2
One of my favorite Jones stories and an excellent classic point and click. Sophia is my all time favorite Jones girl for her confidence and independence and for having a personality outside of shrieking damsel (coughwilliescottcough). Most of the puzzles are perfectly intuitive and solvable without need of a guide, and the ability to pick which play mode you want after the first act to determine the feel of the rest of the game is such a unique feature that I wish more games toyed with. An absolute classic.
«Blew my mind»
«Time-tested»
Translated by
Microsoft from Deutsch
Microsoft from Deutsch
The best Point & Click Adventure there is.
The Graphics are unfortunately very aged, but the Game of the Bang. That'S how Indy has to be.